Buena atención, platos contundentes y precios acordes caracterizan a los locales donde se cumple el dicho: “Si hay muchos camiones afuera, vale la pena parar a comer”.
La máxima en la ruta dice así: “Si en un restaurante del camino hay muchos camiones estacionados, seguramente debe ser muy bueno”. Allí, donde los camioneros interrumpen sus largos viajes para descansar y comer, es donde el comentario popular ubica a las picadas de la carretera, las picadas de los camioneros.
Hay tantas como tantos son los caminos que se recorren en Chile, de montaña a mar, del puerto a la frontera, de una capital a un pequeño pueblo interior. “Son casi un segundo hogar para muchos de nosotros que pasamos horas y horas arriba del camión”, confiesa Juan Manríquez, transportista por 21 años y que en los últimos cinco ha cubierto de forma constante la distancia entre Puerto Montt y Santiago, por contrato con una empresa naviera.
“Si paramos es porque sabemos que ahí vamos a comer como si estuviésemos en nuestra casa, casi como si fuese la cocina de nuestras madres”, dice entre risas antes de recordar una anécdota. “Hay un pequeño local en la salida de Puerto Montt donde siempre paro, sin excepción. La segunda o la tercera vez que fui, la señora que allí es dueña y que atiende la cocina me puso en la mesa un te con leche grande y una paila con huevo y jamón, tal como a mí me gusta, ¡antes que yo se lo pidiera! La señora dijo que recordó mi rostro y que las veces anteriores había pedido lo mismo. Eso no tiene precio”. • La picada de Chile: “Colo-Colo es Chile”, dice el refrán popular. Y así, con el nombre del equipo de fútbol, es conocida la picada que está pasado el peaje de Angostura, desde Santiago con rumbo sur. ¿Su sello? Los huevos revueltos, “los mejores de la carretera”, dicen. Por su cercanía con la capital, es habitual que muchos camioneros desayunen allí. Con jamón, longaniza, queso y más de algún otro ingrediente, estas pailas son una garantía reparadora… a la hora que sea.
• Saliendo hacia el norte: en una ubicación ideal si se sale temprano desde Santiago, el restaurant “El Volante” está a 195 kilómetros de la capital, a la altura de Pichidangui y justo antes llegar a Los Vilos. En un sector muy lindo de la carretera 5 Norte, donde el camino comienza a bordear la costa y la vista es inmejorable, esta picada combina atención rápida con platos contundentes y a buen precio. Aunque la carta es variada, la mayoría de sus habituales comensales destacan las pailas, los mariscos y los pescados entre los platos destacados.
-Carne asada en Chacabuco: un clásico de la ruta internacional que une Santiago con Mendoza, Argentina, el “Rancho Doña María” está a poco más de 64 kilómetros del centro de la capital, sobre la mano que va hacia Los Andes, en el kilómetro 42 de la ruta 57. Pollo arvejado, sándwich de pernil, paila de huevo, plateada… son muchos los platos y bien contundentes los que allí se pueden probar. Pero la parrilla se roba la película: el costillar de cerdo es sensacional. Un dato: el local está justo después de una curva a la izquierda, apenas pasada una pasarela peatonal donde hay una señalética vial que anticipa la cuesta Chacabuco.
Otras picadas:
El Refugio. En la Región de Arica y Parinacota, cerca de su capital regional se pueden comer las mejores parrilladas de la zona norte. Este lugar se sitúa en el kilómetro 15 de la ruta del Valle de Azapa.
La Ovallina. Este local queda entre Caldera y Chañaral, Región de Atacama, en el kilómetro 912. La especialidad son los mariscos en cualquier formato, desde pailas, chupes y empanadas hasta sabrosas y sofisticadas preparaciones.
Los Hornitos de Llay Llay. A 80 kilómetros de la salida de Santiago, en la Región de Valparaíso, se puede degustar la tradicional comida chilena en hornos de barro. Aquí podemos probar un rico pastel de choclo, porotos granados, plateada, carne mechada y otros clásicos de la cocina nacional.
Hostería Blue Moon. En la ruta 5 sur, autopista muy transitada por veraneantes, existen varios restaurantes interesantes que frecuentan los amos de la carretera, los reconocidos camioneros. Uno de ellos es esta hostería que está situada en la Región del Libertador General Bernardo O’higgins, cerca del cruce que va hacia Tinguiririca en Chimbarongo, a 157 kilómetros al sur de Santiago. El asado a la olla es su especialidad, sin duda hecho para los madrugadores.
Cecinas Soler. Ubicada en la Región del Maule, específicamente en Curicó, en el kilómetro 189 de la ruta 5, encontramos estas exquisitas cecinas, además de ricos sándwiches, perniles y distintos embutidos para irnos empapando de las costumbres de esta zona de Chile.
Los Acacios. Siguiendo más al sur, en San Javier, Región del Biobío (KM 270) se encuentra este local que tiene la mejor cazuela de pava, que es acompañada por un espectacular pan amasado. ¡Full recomendado!
“Kome y K’ya”. En la región del Ñuble, ubicado en el kilómetro 410, podemos probar un exquisito chuletón de cerdo acompañado de tallarines. Además, se puede disfrutar del tradicional pollo con papas fritas, recomendado para los niños que prefieren este plato.
Nuestras picadas regalonas con casi como un segundo hogar, nos preparan la comida como si estuviéramos en la casa”.